martes, 28 de mayo de 2013

LAS MARIPOSAS



 Paseando por aquella vereda, encontró un árbol que le pareció de lo más hermoso, no sabía a qué clase pertenecía ni cuál era su nombre. Se salía de lo normal, se acercó a él y observó unas pequeñas crisálidas pegadas a una de sus ramas. Le pudo la curiosidad y no se movió de allí en mucho rato,  quizás horas, había perdido la noción del tiempo.

De pronto, vio como aquello se movía y comenzaban a romperse, muy despacito, apareciendo de ellas las más bellas mariposas que jamás había visto. ¿Cómo iba a suponer él que de aquellos capullitos saldría tanta belleza? Quedó perplejo. Comenzaron a volar y admirándolas fue tras ellas. Saltaban de rama en rama, de hoja en hoja ¡que milagro! acababan de nacer y eran libres como el viento, sabían lo que debían de hacer y a donde querían ir, unas detrás de otras. Realmente había conseguido ver el milagro de la naturaleza.

Se dio cuenta de que se había entretenido mucho y comenzó a caminar deprisa. No podía dejar de pensar en lo que había visto y esos pequeños seres ¿qué harían si un día se enamorasen? revolotearían alrededor de su amado/a cortejándola, hasta conseguir su amor.

Al día siguiente, sábado se dirigió como todos a la discoteca en compañía de sus amigos. Allí le presentaron a una chica, morena, delgada, con ojos castaños enormes y una dulce mirada. Nada más verla, sintió en su estomago  como una agitación y procuró no separarse de la muchacha en toda la noche. La acompañó a su casa y quedó para el domingo. Cuando volvieron a encontrarse, él volvió a sentir ese revoloteo en su barriga y entonces pensó en las mariposas que había visto salir a la vida ¿Sería que se había enamorado? siempre había escuchado decir que cuando uno se enamora, siente mariposas en el estómago, unas mariposas que están ocultas pero que uno las siente dentro de sí aleteando sin parar.

PILAR MORENO – 21-5-2013

lunes, 27 de mayo de 2013

A HÉCTOR





De mis entrañas saliste,

profundo amor de madre di.

Fui la guía de tus pasos,

aprendiz ¡Qué bien lo hiciste!

a moverte por la vida

ya desde tu niñez.

Escuchabas y atendías

mis cuitas y mis pesares

y con mirada sincera

calmabas mis inseguridades.

Amigo de tus amigos,

incondicional para tus padres,

consejero de tu hermano,

estudioso, responsable,

trabajador infatigable,

amante y fiel esposo,

inigualable como padre.

Dirán que has tenido suerte

por tus logros en la vida...

solo nosotros sabemos;

lo que se logra, es por lucha.



PILAR MORENO 26-52013


martes, 21 de mayo de 2013

AMAPOLAS Y ÁLAMOS



Caminaba por la montaña en uno de sus amplios paseos matinales apoyándose en su cayado para no escurrirse por las piedras, además le servía para descansar de vez en cuando sin tener que sentarse. Era una ruta que solía hacer con cierta frecuencia, una ladera en la cual no debía esforzarse mucho, los repechones eran bastante suaves. Su médico le había aconsejado no hacer trabajar mucho su corazón, procuraba hacer caminatas que aunque si le llevasen tiempo, fuesen lo más ligeras posibles. Siempre le había gustado ir monte arriba, pero eso ahora ya no era posible.
Desde lo alto, divisó la alameda que tanto le gustaba, no quedaba muy lejos de donde él se encontraba. Siguió caminando y dirigió sus pasos hacia ese lugar que tan conocido era para él. Se fue acercando despacio y ¡oh sorpresa! al llegar al lugar, nunca había visto ese sitio con el follaje tan alto y la cantidad de amapolas que en ese momento había. Parecía que habían crecido para que solo él recrease su vista. Anduvo un buen rato por entre las mismas, apreciando ese aroma tan especial que dicha flor silvestre desprende.
Decidió que estaba cansado y se sentó entre ellas ¡Que paz sintió y que serenidad, aquello era como estar en el paraíso. Entonces comenzó a merendar. Una vez hubo terminado, colocó su mochila a modo de almohada, se tumbó, tomó un libro que llevaba en el bolsillo y comenzó a leer. Era el lugar ideal para la poesía. Poco a poco, se fue adormeciendo con el olor de las amapolas.
Días más tarde fue encontrado por los agentes de la autoridad que lo estaban buscando después de la llamada de su familia tras su desaparición.

PILAR MORENO 14-5-2013

martes, 14 de mayo de 2013

LOS ESPEJOS


Cuenta la leyenda que hace muchos, muchos años en un pueblo cercano a Madrid, había una joven que desde muy tierna infancia, tenía por costumbre admirarse en todos los espejos que a su paso encontraba. Era la hija del terrateniente más importante de la comarca y aunque ella no se veía diferente, siempre presumía de ser la más guapa. Pasaban los años y como es natural crecía y al mismo tiempo, crecía su fealdad y su deformidad, claro está que ella no era consciente de esta última, pues a los espejos que ella tenía acceso, solo podía verse el rostro.
No se explicaba como todas las mozas de su edad, estaban cortejadas ya que se acercaba la edad casadera. Cuando de esto se quejaba a sus progenitores, siempre la decían que se debía a las riquezas de su padre y que ninguno de ellos podía compararse con ellas, por eso ninguno era capaz de osar pretenderla.
Nunca había salido de la comarca pero un día, sus padres fueron invitados a la capital a la fiesta que daban todos los más importantes terratenientes de la provincia. Como es natural ella deseosa de ampliar sus horizontes, les pidió que la llevasen con ellos. No pudieron negarse, al fin y al cabo era una petición muy loable y decidieron llevarla con ellos. También fue en el viaje, la doncella que a su cuidado estaba. Una vez en la ciudad, sus padres debieron de acudir a varias recepciones, a las cuales no les podía acompañar, por lo tanto le autorizaron a salir de su hospedaje, eso sí, acompañada siempre de su criada, para hacer las compras que desease y visitar la ciudad.
En su primera salida, pasaron por un comercio en cuyo escaparate se exhibía un precioso vestido del cual la muchacha quedó prendada. Pasaron al interior y los dependientes le invitaron a probárselo.  Accedió gustosa y al entrar en el probador, ¡“OH TERROR”! ¿quién era esa que estaba ante el espejo? Era su cara, pero ese cuerpo, no se correspondía con ella, nunca se había visto de cuerpo entero. Aquello debía de ser una broma, no podía ser ella.
Salió despavorida de aquel lugar, llorosa, no podía creer lo que había visto, no daba crédito a la imagen que se había reflejado en aquel espejo. Decidió volver a la posada acompañada de su sirvienta sin haber comprado absolutamente nada. En el camino de vuelta, pasaron por una calle muy famosa en Madrid, el Callejón del Gato, una calleja en la que había en una de las fachadas varios espejos. A pesar de la impresión que se había llevado, decidió mirarse en ellos. ¡Dios! ¿Que veía? era su cuerpo, las imágenes más grotescas que jamás había supuesto podrían existir. Era ella misma, pero absolutamente deformada, mucho más de lo que había visto en la tienda de modas de la que había salido a toda prisa. Eso no lo podía soportar, siempre le habían dicho que era una mujer de belleza singular y ahora ante aquellos espejos, se había dado cuenta de que se mofaban de ella, que lo que era en realidad, solo un esperpento.
Decidió encerrarse en su habitación y cuando sus padres llegaron, la doncella les contó lo sucedido. Tocaron a su puerta para consolarla, pero nadie contestó. Cuando pudieron abrir, la encontraron tendida sobre la cama con las venas cortadas.

PILAR MORENO  9-5-2013

domingo, 12 de mayo de 2013

RECUERDOS




A mi mente acuden esos recuerdos
se me antojan tan lejanos
recuerdos, desde niños,
 juntos estábamos
recuerdos de esos ojos,
 que mi alma iluminaron
recuerdos, recueros, recuerdos
de la única vez que nos besamos
recuerdos de palabras,
que mi alma destrozaron
Recuerdos, eso solo son,
recuerdos del pasado.

PILAR MORENO – 12-5-2013