martes, 25 de junio de 2013

A JORGE




Mis ojos te miran con ternura
mucho amor por ti siento
es el amor de una madre
que por ti siente desvelos
tu llegada al mundo con retraso
a todos de alegría llenó
hermoso, rubio, precioso
un ángel caído del cielo
eras como un cascabel
alegrando a todo el mundo
deportista incansable
cualquier compañero era bueno
todo deporte te valía,
natación, futbol, judo, baloncesto
un día te lesionaron
comenzó tu sufrimiento
en los últimos años,
la vida no se ha portado contigo
sinsabores has pasado
duros, cruentos
sólo un  hijo Dios te ha dado
que es tu reflejo vivo
su amor y su cariño
hace que sigas luchando
para marcarle un buen camino
ese camino que un padre
marca sin desaliento

PILAR MORENO 27-5-2013

A ORILLAS DEL...



         Cuando Fernando pensaba en ella, se le inundaban los ojos de agua, aquel recuerdo bullía en su cabeza y no terminaba de comprender por qué la había perdido.
         Estaba enamorado de ella pero; Cuando conoció a Isabela; Julián le dijo que esa chica no le convenía. Era muy guapa, pero no reunía las condiciones que debía tener la mujer que con él fuese a casarse. Nunca entendió por qué le decía eso, a él solo le importaba su amor.
         Isabela, trabajaba en una oficina de una compañía de seguros, estaba bien situada, pero lo que no poseía era la fortuna ni las amistades de las que gozaban los padres de Fernando. Él hijo único, heredaría una inmensa fortuna de la que podría vivir el resto de su vida y todos sus descendientes. Para Fernando, eso no tenía ninguna importancia, su padre había hecho el dinero trabajando, realmente también había tenido suerte en todos los negocios que había emprendido, pero aún así, ellos se consideraban trabajadores.
         Julián, siempre le estaba diciendo que debería buscar una chica de otro nivel, que era muy posible que Isabela solo fuese con él por su dinero. Fernando no pensaba que fuese así, pero había veces que le daba que pensar.
         Una tarde, Isabela llamó a Fernando y le dijo que no se encontraba muy bien y que se iría a su casa a la salida del trabajo. Fernando se quedó pensativo, ¿qué le pasaría? no había querido decirle nada, solo que no era importante, un pequeño malestar. Tampoco quiso que fuese hasta su casa para hacerle compañía.
         Hacía una maravillosa tarde de primavera, era ya el mes de Junio y los días alargaban mucho por eso, Fernando se encaminó por la orilla del Guadarrama, quería dar un paseo sin que nadie le molestase. Iría río arriba, se adentraría por Campillo y se llegaría hasta la presa, era un camino muy bonito y las vacas allí existentes; en esa zona no eran peligrosas. Iba pensativo, cabizbajo, andaba despacio recreándose en el paisaje y escuchando correr el agua del río, que ese año al haber llovido mucho llevaba mucha más agua de lo normal. Fue entonces cuando de pronto, vio debajo de una encina, una pareja retozando, dando grandes muestras de amor, comiéndose a besos, como si fuese lo último que fuesen a hacer.
         Sorprendido quedó, paralizado por la impresión, no sabía qué hacer ni a donde ir. No podía ser lo que estaban viendo sus ojos; Julián, su amigo desde la infancia; yacía en el suelo con Isabela, la que se suponía que era su novia. ¿Oh acaso era la novia de los dos? qué incógnita,  ¿a cuál querría de verdad? Sería cierto lo que Julián le venía diciendo que no era la chica adecuada para él. Entonces porque ella no se había sincerado, mejor dicho por qué no se habían sincerado los dos en lugar de engañarle, como se había dado cuenta en ese momento de que lo estaban haciendo.
         Había sido la orilla del Guadarrama, la que le había desvelado aquella tremenda traición.

PILAR MORENO  19-6-2013
        
        

martes, 4 de junio de 2013

¿ESTÁ LA VERDAD VENDIDA?




Hacía muchos años que el abuelo había fallecido, lo había idolatrado desde su más tierna infancia. Con ella fue tierno, cariñoso. Todos los juegos posibles los aprendió de él. Montaban juntos en bicicleta y hasta cuando tuvo una edad prudencial para saber lo que hacía, le enseñó a conducir aunque no era tiempo todavía de obtener el carnet.
Marcela que así se llamaba, fue la primera nieta, los demás fueron varones y con ella se había vuelto loco, la luna que le pidiese, haría todos los posibles por conseguírsela. Era un General de infantería ya retirado y por eso pudo dedicar todo su tiempo a su niña como él la decía.
Una vez fallecido el abuelo, los padres de Marcela, nunca hicieron comentarios ni hablaban de las hazañas del mismo durante sus años de militar. Él nunca habló de esos tiempos y los demás parecían respetar su silencio, como si esos años en los que prestó servicio a la Patria, nunca hubiesen existido. Solamente le recordaban todos como retirado y haciendo que sus nietos en especial ella, hubiesen sido felices dedicándoles el resto de su existencia.
Pasaron los años y los padres de Marcela también desaparecieron. Entonces ella que era la mayor, se hizo cargo de las pertenencias de sus antepasados. Quiso  poner al día todas las cosas que en aquella casa había.  Comenzó por abrir cajones y baúles que hasta entonces nunca se hubiese atrevido a hacer. Siempre allí se respiraba un poco la disciplina militar y no se les hubiese ocurrido nunca desobedecer una orden dada. Fue entonces, cuando encontró dentro de un baúl que había pertenecido a su abuela, una caja de cartón, muy bien atada con una cinta de seda. La abrió sin dudar y en ella se encontraban un sinfín de cartas dirigidas a ella. Se puso a leerlas una por una, muy bien colocadas estaban por fechas y años. Cuál fue su sorpresa, al ver el contenido de las mismas. En primer lugar se dirigía a su destinataria, con un inmenso amor y unas palabras tan dulces y refinadas que, hasta le hicieron ruborizarse por estar leyendo cosas tan privadas pero, la curiosidad le podía más, sabía del amor que sus abuelos se habían profesado hasta que la muerte los separó.
Al mismo tiempo fue leyendo todo lo que el abuelo le contaba sobre la contienda y los avatares que en la misma sucedían. De cómo iban haciendo prisioneros a los judíos, casa por casa, campo por campo. De las persecuciones a los que les sometían, así como de los tormentos que les hacían sufrir. No eran dignos de vivir y había que exterminarlos como a bestias. También le contaba los pasos se seguían en la construcción de los barracones en donde  esos prisioneros serían asfixiados con gas. Sus ojos humedecidos por las lágrimas, no daban crédito a lo que estaban leyendo.
Leyó sin parar hasta la última de las cartas, al tiempo que las iba colocando de la misma forma en que las había encontrado ¿Cuánto horror? ¿El abuelo al que ella adoraba podría haber cometido todas esas atrocidades? Ahora se daba cuenta del silencio que siempre se mantuvo sobre la carrera militar del abuelo. Nunca supo ella que aquel hombre venerado, había sido un lugarteniente de Hitler. ¿Cómo imaginarlo?
Ahora llegaba a la conclusión de por qué provenían de Alemania. Nunca nadie les explicó su procedencia. Después de mucho pensar, decidió enseñarles a sus hermanos las cartas encontradas. Ninguno podía creerlo igual que le había pasado a ella, pero tampoco sabían qué hacer con ellas. Su mente muy clara, al cabo de un tiempo resolvió que debía hacerlas públicas. No era cuestión de lo que valían como documento histórico. Era realmente desenmascarar a aquel hombre al que todos habían adorado y el que a todos había tenido engañados.

 
PILAR MORENO 30-5-2013