jueves, 18 de mayo de 2017

EL REGRESO A ESPAÑA DE ABUBAKAR



Desde Egipto llegó al aeropuerto Adolfo Suarez de Madrid, Abubakar un hombre de una calidad humana extraordinaria y que hace honor al significado de su nombre que en egipcio quiere decir “NOBLE.
Venía a Madrid a encontrarse con sus viejos tíos, Hambal y Aziza, en casa de los cuales había pasado grandes temporadas a lo largo de su vida. Hambal era hermano de su difunto padre y para él era la persona más querida después de su progenitor. Al reunirse con ellos, los encontró ya muy mayores y aunque en realidad lo eran, su aspecto denotaba mucho más el paso del tiempo por sus cuerpos. Lo recibieron con una gran alegría, era el sobrino favorito y para ellos fue siempre como un hijo, ya que en su matrimonio no habían podido concebir ninguno.
Su viaje había sido planeado para volver a verlos antes de que el destino le deparase algún desenlace no previsto. Debido a la edad del matrimonio y habiendo sido para Abubakar como unos padres, no quería dejar de pasar todo el tiempo que le fuese posible a su lado. Tenía un trabajo que le permitía hacer escapadas de vez en cuando, aunque no todas las que él quisiera. Se había planteado incluso, pedir en la empresa un traslado a España para no separarse de ellos, pero era muy difícil llevar los negocios desde tan lejos de su Egipto natal.
Al día siguiente de su llegada, el tío y Abubakar, salieron a dar un paseo por los sitios que a este tanto le gustaban cuando estaba en Madrid con ellos. Fueron al Parque del Oeste a visitar la rosaleda que era la más bonita que Abubakar decía haber visto en ningún lado del planeta a pesar de haber viajado mucho por todo el mundo. Las rosas eran sus flores favoritas y a cualquier lugar al que acudiese no dejaba de ir a visitar cualquier exposición o recinto en el que se cultivasen esta clase de flores.
Día a día salían y recorrían todo Madrid. El día que fueron a visitar el Parque del Retiro, tras un largo paseo, cuando Abubakar quiso darse cuenta, el anciano tío, Hambal, había tropezado y se había caído en un charco de grandes dimensiones, poniéndose el pobre hombre todo lleno de barro. Lo ayudo a levantarse y con sumo cuidado trató de limpiarlo cuanto pudo con clínex que era lo único que tenía a mano para poder hacerlo, pero era demasiada la suciedad que el tío había recibido en su cuerpo por lo que Abubakar, decidió llegar hasta la puerta del parque y tomar un taxi para conducirlos hasta su casa. Una vez en ella, ayudó a su tío con sumo cariño a desnudarse, dándole una ducha reparadora y ponerle ropa limpia. Recordaba que cuando él era niño su tío lo hacía con él cuando volvía de la calle lleno de suciedad y le colocaba el pijama para irse a la cama, después de cenar.
También le vino a la mente, como su tío, lo había enseñado en esa época a sumar con él ábaco de madera que conservaba en su despacho y que hacía pocos días había descubierto que seguía colocado en el sitio de siempre. Era aquella casa un lugar en el cual nada había cambiado de ubicación. Cada vez que volvía a Madrid podía ir derecho a buscar cualquier cosa que necesitase que siempre lo encontraba en la misma parte que recordaba desde que era un niño pequeño.
Lo mismo ocurría con las costumbres con los horarios, con todas las cosas de la vida cotidiana. Mientras estaba pensando todo esto, desde la cocina, le llegó un delicioso olor a tahín. Nadie lo preparaba, ni en su propia tierra, como su tía Aziza. Consistía en una pasta de sésamo, que en Egipto era muy apreciada y en casi todos los restaurantes se servía. Era un plato muy apreciado en todo Oriente Medio y que provenía de la antigua Persia. Para Abubakar era una delicia y siempre que tenía ocasión lo degustaba, pero en todas las ocasiones, al finalizar la toma de ese delicioso manjar, en sus adentros se decía, no tiene nada que ver como el que mi queridísima tía me prepara y siempre ha hecho, aunque esté en Madrid.
Cuando tía Aziza tubo la cena preparada, les llamó para que acudiesen a sentarse a la mesa. Abubakar estaba deseando tomar aquella deliciosa sopa espesa, el tahin que con tanto amor le había preparado. Una vez sentados en la mesa, comenzó una larga conversación en la que tío Hambal comenzó a contarle sus planes para el mañana no muy lejano.
Hambal y Aziza había vivido siempre muy bien y aun así conservaban una gran fortuna, la que de acuerdo entre los dos y con un documento ante notario, habían decidido que fuese en su totalidad para él. Solo habían puesto una condición, que cuando faltase uno de los dos, el que quedase fuese atendido hasta el final de sus días por Abubakar.


PILAR MORENO 14 mayo 2017

SIEMPRE LLEGABA TARDE



          Se había hecho tarde y estaba muy cansada, había sido un día muy duro de trabajo. Había recibido mucha mercancía y hubo que colocarla en su lugar, además después del largo puente que había pasado, los clientes habían acudido a su comercio a reponer viandas, pues cuatro días de fiesta, suelen agotar las existencias de cualquier hogar.
          Cuando ya estaba poniendo el cartel de cerrado, apareció Doña María, corriendo como de costumbre, era una excelente cliente, se dejaba mucho dinero en su comercio, pero, por el contrario, aunque no trabajaba ni tenía grandes ocupaciones, tenía la mala costumbre de ir a ultimísima hora a hacer sus compras. Era lo que se suele decir una usuaria inoportuna. Clementa, la dueña del negocio, se decía en algunas ocasiones que casi prefería perderla como cliente que soportar sus horas de acudir a comprar y sus indecisiones.
          -Clementa, por favor, póngame un kilo de carne picada.
Cuando Clementa se disponía a poner la carne en la máquina para picarla, de repente decía:
          -Perdone Clementa, mejor póngamela para guisar.
          -Ahora me pone un kilo de filetes para la plancha.
Cuando Clementa comenzaba a cortar la carne decía:
          -Hay perdóneme estoy muy despistada, mejor me los pone para empanar.
          -También quiero para cocido.
Bueno no, mejor póngame arreglo para unas lentejas que son más ligeras.
          -Me olvidaba, necesito carne picada para unas albóndigas.
          -Ahora me va a dar un kilo de filetes de pollo, bueno no, deme mejor unos contra muslos, no, no mejor cuartos traseros. No ya mejor si acaso me pone un pollo grande en trozos.
Clementa ya está a punto de reventar, ¿es que esta puñetera mujer no se puede decidir desde el principio por lo que realmente necesita o llevar desde su casa una lista con las necesidades de su frigorífico?
Al terminar con la carne, comienza a solicitar productos de chacinería y el proceder es el mismo. Cuando va a ponerle una cosa se decide por otra, o después de haber cortado una cantidad dice que es mucho y que le quite la mitad.
Después de haber dado toda la lata posible, llega la hora de la cuenta y realmente había merecido la pena el importe de la misma, pero Clementa cuando Doña María desaparece, da un suspiro de alivio.
Doña María no solo es inoportuna, también en cualquier compra es la indecisión en persona. Si va a comprar unas camisas, las mira, las remira, hace sacar varios modelos y al final le dice al comerciante, me lo voy a pensar, ya volveré mañana.
Para cualquier artículo que vaya a comprar, va cuatro o cinco veces a mirarlo, después de haber molestado al dependiente todo lo posible, el último día lo adquiere, pero, cuando llega a su casa, lo prueba, lo mira, lo expone bien a la vista de todos y pasados unos días, decide que no le gusta, que no va con la previsión que ella tenía en su cabeza, el final del artículo, es su devolución.
Esta persona, imaginaria por supuesto, es lo que yo llamo un usuario inoportuno.

PILAR MORENO 18 mayo 2017



domingo, 7 de mayo de 2017

EL PRIMER BESO

EL PRIMER BESO
Un beso de amor puro y limpio
jamás te habían dado
fue tan hermoso que,
nunca pudiste olvidarlo.
Niña cuanto amor había en ese beso
que después de tanto tiempo
aún no has podido postergarlo
lo recuerdas con ternura
y darías algo por recobrarlo
fue el primer beso de juventud
que en tu alma está guardado.

          PILAR MORENO


sábado, 6 de mayo de 2017

EL RELOJ SE DETIENE



      Tic-Tac, Tic-tac. Tic-tac, suena incesantemente el reloj del salón. Es un viejo reloj de cuerda pero que no falla ni un minuto, siempre ha estado en perfecto funcionamiento. Sus padres lo habían heredado de sus abuelos y estos a su vez de los suyos. No se podía calcular los años con los que contaba aquella perfecta maquinaria. Sonaba sin cesar, daba las horas, las medias y los cuartos, era como un miembro más de la casa, aunque ya nadie lo escuchase, pero estaba ahí y sin hacerlo caso todos los miembros de la familia sabían en qué hora estaban sin equivocación.
          Carlota estaba en un duermevela. No sabía porque le estaba costando mucho quedarse profundamente dormida como era costumbre en ella. De pronto sintió un sobresalto, salió de la cama descalza y fue directa al salón a ver qué hora era. Uf… es pronto, todavía son MENOS CUARTO. Volvió a la cama, después de haber pasado por el cuarto de baño y haber tomado un vaso de leche caliente en la cocina. Se tumbó de lado como a ella le gustaba e intentó dormirse. Ahora seguro que lo conseguía después de la toma de leche, “siempre dicen que la leche hacer dormir”, nada no era posible, estaba como excitada y tenía un mal presagio dentro de ella.   
          Volvió a levantarse, a dirigirse a ver el reloj en el salón y ya se extrañó de ver que seguía teniendo MENOS CUARTO. Como van a seguir siendo menos cuarto, rayos no puede ser, es que no ha avanzado ni una hora, no es que yo me haya levantado justo a la hora de haberlo visto antes. Tenía que tener yo mucha precisión en mi forma de levantarme.
          Le observó atentamente y se dio cuenta de que al marcar menos cuarto ese viejo reloj se había detenido, aquello quería decir algo, no sabía qué, pero algo estaba ocurriendo en su vida y ella no sabía descifrarlo.
          Se quedó pensativa sin dejar de mirar el reloj y en voz baja le preguntaba, claro sin contestación ¿Por qué te has parado? ¿es que te has cansado de vivir? En aquel mismo instante, sonó el teléfono. Corrió hacia él y levantando el auricular preguntando con voz temblorosa ¿Quién es? Una voz grave, respondió a su vez con otra pregunta ¿es la casa de D. Gustavo Suarez y con quien hablo por favor? Carlota se quedó paralizada, su interlocutor volvió a preguntar.
          -Oiga, hay alguien ahí. Quien es por favor.
Carlota con una voz entrecortada, con siguió contestar y temblando dijo
          -Si esta es su casa y yo soy su esposa. ¿Quién lo pregunta?
Soy el agente Bermúdez de la Guardia Civil de Tráfico, lamento tener que comunicarle que su esposo ha fallecido en un trágico accidente, junto con otras tres personas más, otro hombre y dos mujeres.
          No era posible, su marido, al que estaba esperando que llegase de una cena de negocios, en un restaurante del centro de la ciudad y no lejos de su domicilio, había fallecido en un accidente de tráfico ¿Cómo podía ser eso? En un coche y con otro hombre y dos mujeres.
          No tardó en vestirse y dirigirse al lugar donde el agente le había indicado. En efecto, era cierto lo que le había dicho a través del teléfono. Dos mujeres acompañaban a Gustavo y Javier que era un compañero de Barcelona y había venido desde allí para esa cena, Javier también estaba casado y tenía dos niñas. En esa cena no debía haber mujer alguna y el accidente había sido en un sitio extraño, la carretera de Toledo pasado Talavera de la Reina, lugar por el que bajo ningún concepto tenían que pasar.
          Una vez reconocido el cadáver, Carlota volvió a su casa, cabizbaja y compungida, pero, con rabia dentro de su cuerpo. Había llegado a la conclusión de que la cena solo había sido una excusa para hacer una escapada y de la que pensó que nunca se enteraría. ¿Cómo podía haber sido tan miserable y engañarla de aquella manera? Con un gran sollozo y la cara entre las manos, dijo dando un gran grito “QUE TE JODAN” Ya no volverás a engañarme.
          De pronto, escuchó un sonido muy familiar para ella, el viejo reloj, habían comenzado a andar el solo. Parecía que con su detención había querido hacerle saber que algo malo iba a suceder en su vida.


      PILAR MORENO 6 mayo 2017

jueves, 4 de mayo de 2017

DESPOJAME



Despójame de ataduras,
libérame de erosiones temporales,
desnuda mi alma toda,
descubre su interior,
desenfunda toda su ternura,
explora el cariño sincero
que en mi interior guardo,
profundiza dentro de mi ser
encontraras todo lo que atesoro,
paz de espíritu,
amor sosegado,
paciencia no consumible,
lágrimas tragadas en silencio,
afán de hacer vida agradable,
reír cuando roto esté el corazón,
despójame, despójame, despójame.

PILAR MORENO


lunes, 1 de mayo de 2017

DESALIENTO



En Noches de desaliento
bebí mis sueños frustrados,
enjugue en blancas sábanas
lágrimas de desespero,
brotaba mi llanto a borbotones
por el amor perdido,
te convertiste en un profundo bosque,
alto e inalcanzable como la montaña,
suave como el sol al atardecer,
no pudiste ya jamás pisar la hierba,
ni escalar las piedras que tanto te gustaban,
ni sentir nunca más el olor de las flores,
pero…  sigues viviendo en mi interior.


PILAR MORENO